viernes, 27 de marzo de 2009

LII

Ya no logro acostumbrarme a la costumbre,
aquella disfrazada de paciencia,
que me obliga a atar mis manos
y que disuelve la voluntad
debilitándola implacable a su paso.
Y es cierto también
que mucho tiempo he vivido
sumisa bajo su manto,
y también es cierto que logró
que olvidara la esperanza a su paso,
y quizás a alguien le suene triste estas letras,
pero no lo son, son sólo el eco del pasado,
que si bien ya no me alcanza tampoco nunca la dejaré de lado,
porque quiero recordarla para tener presente siempre
que nunca nadie más me vuelva a atar las manos,
que nunca yo vuelva a bajar cabeza,
porque no renuncio a la vida que ahora abrazo,
y no renuncio a la fuerza que me transmitieron sus abrazos,
ya no volveré a ser, alguien que se dejó de lado,
porque tengo el valor y la voluntad de ser mujer,
recorriendo mi camino aferrada fuertemente a todo lo que valgo.

miércoles, 25 de marzo de 2009

LI

Tu voz es dulce poesía
para el deleite de la brisa,
que la envuelve y la eleva
entre el verdor de las hojas
del tiempo encantado,
se desliza en silencio
desnudando mi pecho y mi espalda;
alimentándose del néctar
que guarda para tí mi alborada.

Tu voz es dulce poesía,
que declama su canto
sin decirme nada,
resonando las estrofas
de tiempos remotos guardados
y que hoy se revelan
bajo la luz embrujada,
tu voz es poesía;
así como poesía es tu alma.

L


Pereció la historia
del pájaro herido ,
sacado a golpes fuera de la sombra,
fue arrojado al frío del olvido.
Hoy me siento en la parte de esa sombra
que vive en las penumbras,
y junto los pedazos rotos
que han quedado en el piso,
y mirando esas figuras
ya no reconozco esos fantasmas.
Y es que vivieron bastante furia
y demasiada soledad,
que fueron mutando dejando de ser
imágenes transparentes
para convertirse en espectros pálidos,
llenos de lamentos ahogados en silencio.
Y no, los sigo mirando y no los reconozco,
así que termino de limpiar lo que quedó en el piso,
quito el polvo añejo y prendo la luz,
pensando que quizás fue el lápiz del destino
que así lo escribió desde el principio,
para que en este preciso momento,
sean arrojados por última vez,
el resto que ha quedado de esos espectros
al abismo hambriento del olvido.

XLIX

Demasiado tarde para algunos sueños.
Fueron escurriéndose en silencio,
llegando las horas del otoño
y sin que nadie lo notara
se perdieron en el tiempo.

Muy tarde, ya no queda nada,
la sombra vacía no refleja la aurora,
hay hambre de otros sonidos,
hay cansancio en los pasos,
lentos y solitarios
deambulan ya en vano.

Nada. Demasiado tarde,
Ha escapado el lucero,
es muy largo el trecho
que se ha alejado,
y los brazos tan cansados
ya no quieren alcanzarlo.

miércoles, 18 de marzo de 2009

XLVIII

Has dejado tu nombre en mi almohada,
la forma de tu silueta en el desvelo,
compañía en el silencio de tu ausencia,
acosando mi sombra en el espejo.

Dejaste tu nombre bajo la almohada,
y el sabor de tus besos en el aire,
hilando las noches que han estado,
tu alma y la mía desbordados,
consumiendo las ansias con el alba.

Dejaste tu nombre,
en mi vida y en mi cama,
en cada segundo escondido
que existimos lejos del mundicio,
allí donde la luna nos sonríe,
dejaste tu nombre en mi alma.

miércoles, 11 de marzo de 2009

XLVII


Junto al último sol he de amarte,
en el lugar dónde siempre vivimos
antes que caiga la tarde,
tomaré tus manos en las mías
y con cada historia que guardan,
sentirás que yo he estado ahí,
entre sueños o en presencia.

Junto al último sol he de amarte,
sonriéndole a la vida
por los recuerdos compartidos,
por ese amor inmenso que
fue creciendo con los años,
alimentándose de besos y de abrazos.

Junto al último sol he de amarte,
y en la inmensidad de lo desconocido
te seguiré esperando,
hasta reencontrarnos de nuevo
para nunca más dejarnos.

sábado, 7 de marzo de 2009

XLVI


Cuan hermoso tú, el desvelo;
testigo silente del encuentro furtivo,
en ti resguardados amantes cautivos,
buscando tu abrigo
para satisfacer sus caprichos.

Cuan hermoso para mí
has sido tú, el desvelo;
cuantas noches acompañando
mis ojos abiertos;
tomaste de mi mano
el secreto que celo;
y devolviste un puñado
de estrellas en reflejo.

Me has amado así,
sencillamente en silencio;
descubriendo el escondite
donde reposan los sueños;
piel con piel te abrigaste
al calor del deseo;
y dejaste tu marca eterna
para siempre en un beso.

jueves, 5 de marzo de 2009

XLV


Quisiera ser tu sombra
y acompañarte a dónde vayas,
seguir tus pasos compañeros,
marcar tu ritmo en el silencio
el recorrer de tu distancia.

Quisiera ser tu sombra
testigo mudo de tus sueños,
ángel etéreo que acompaña,
el camino que recorres
surcando el cielo del mañana.

Quisiera ser tu sombra,
firme guardián de tus suspiros,
proteger los latidos de tu pecho,
y alimentar el resplandor
de la promesa que deseas en secreto.

domingo, 1 de marzo de 2009

XLIV


Regresan de nuevo
las sombras tardías,
mudos testigos
del ocaso sin fin;
regresan de nuevo
a atormentar mi vida,
amenazar la existencia
del viejo sentir.

Regresan pensantes
cubiertas de polvo,
cubiertas de lamentos
que no llegaron a ser,
las sombras avanzan
por sobre el ocaso,
por sobre la luz
del amanecer.