miércoles, 15 de abril de 2009

LIV


Se han marcado en mis manos
las huellas del camino,
dejando la marca indeleble del destino,
de nada vale esconderse,
o querer huir del juicio,
porque la sentencia está escrita
en lo alto del cielo
sin poder borrarse la tinta.
Y aquí me quedo
en silencio esperando,
la hora y minuto exacto
en que empiece mi castigo,
me dieron cadena perpetua,
el silencio es la condena,
sin poder abrir los ojos
ni gritar mas tu nombre,
en mi pecho morirá marchito,
sin conseguir un instante de alivio
eterno será este martirio.

domingo, 5 de abril de 2009

LIII


Pasan los días dulcemente
entretejiendo encuentros mutuos,
y es que mi vida ahora parece
el culminar de un largo sueño andado.

Y encuentro en esos ojos pardos,
que desnudan el alma al mirarme,
el lugar donde mi caminar descansa,
el refugio en donde puedo encontrarme.