martes, 14 de septiembre de 1999

XVI

Silencio en la noche
de sueños que contemplan
apagados deseos
de amor eterno y fugaz.

Brillante una estrella
se alza en el firmamento,
bajo suspiros que elevan
al corazón audaz.

Vaporosa y leve en el cielo
sobrevuela la mundana realidad,
tesoro divino que algún predigo,
después de todo;
quizás se haga realidad.