sábado, 18 de agosto de 2007

XXXVIII

Ojos profundos en su mirada
que de a poco nublan mi voluntad,
deseo furtivo del alma
que en secreto añoro alcanzar.

Ojos vivaces que avanzan
sin darse cuenta de mi dolor,
buscando mil sueños dorados,
sin ver que por ellos tiembla el corazón.

Ojos que espero algún día
reparen en mi presencia al final,
vean la aurora en el horizonte,
vean la estrella luminosa al andar.