En un suspiro
escondido te encontré,
y al mirarte
descubrí la verdad.
En un suspiro furtivo
me engrandecí,
y a la vez
exalté mi ansiedad.
En una palabra,
tan sólo una;
descubrí la felicidad,
acariciando dulces promesas
de eternidad.
En un segundo escondido
te convertiste
en parte de mi ser,
y entregando este secreto
al más puro ideal;
procuramos
que este segundo nuestro
dure sólo un poco más.