domingo, 24 de mayo de 2009

LV


Van cayendo como gotas de rocío,
envolviendo dulcemente
las manos que los protegen;
ternura infinita que arrulla,
que calma,
que invita al descanso...

Y siguen soñando
abrazados siendo uno mismo
en el silencio,
un corazón latiendo
al ritmo del otro,
labios de fuego y de miel,
que levantan al cielo
una misma promesa eterna:
"en la próxima vida nuestra,
mucho antes que ahora
de nuevo te encontraré".