Que dulce se me hace la tarde,
con bruma en la lejanía,
el tiempo se me presenta
con el verdor de las letanías;
y al recordar el flujo
de esta pasión mía,
tibia, cálida y dulce
cual arrullo sereno
perfume de luz tardía;
desgarra el corazón herido
la lanza profunda de la alegría,
y teje entre sombras tranquilas
el misterio, la dicha y la vida!
Instantes que son recuerdos. Que fueron fiesta y pesadillas, silencio y clamor. Instantes que hacen de una vida lo que son: pedacitos del alma...
domingo, 24 de marzo de 1996
jueves, 21 de marzo de 1996
IV
La mirada más hermosa
sólo tú la puedes dar,
la más dulce y profunda,
reflejo sereno del mar.
En tus pupilas arden seguras
dos estelas sin igual,
que me inducen a la amargura;
no sé si las podría conquistar.
Y la sonrisa luminosa,
pinceladas del reino celestial,
esconde envuelto en jazmines
un secreto colosal.
sólo tú la puedes dar,
la más dulce y profunda,
reflejo sereno del mar.
En tus pupilas arden seguras
dos estelas sin igual,
que me inducen a la amargura;
no sé si las podría conquistar.
Y la sonrisa luminosa,
pinceladas del reino celestial,
esconde envuelto en jazmines
un secreto colosal.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)