viernes, 12 de mayo de 2023

CXIV

 

Nos encuentro en un segundo 

perenne en nuestro tiempo,

en una burbuja de amapolas carmesí.

Florece la eterna luna plateada

que guarda todos nuestros secretos,

aquellos que fueron tuyos

una vieja noche apasionada de abril.

Abren sus capullos y perfuman tus caricias,

al tocar tu piel hipnótica en donde me estremecí,

en cada beso cómplice sellado eternamente,

escrito hace mil años ya vividos junto a tí.

Nos queda seguir encontrándonos 

en mil segundos más de cómplice alegría,

que  guardan bajo un cielo que cuenta las veces te amé,

cada segundo nuestro contando un encuentro,

y cada encuentro latiendo en alocado frenesí.