miércoles, 1 de febrero de 2017

LXXXVIII


Se ha escondido el cielo,
el día ha quedado a oscuras,
furiosas caen gotas de lluvia,
y parecen más golpes al alma
que humedad sobre tierra fecunda,
lanzas del cielo que dejan
surcos hondos en mi piel desnuda,
llueve sin pausa afuera;
y dentro mío todo se inunda.