Hombre de pocas palabras,
de ojos dulces y serenos...
dices más con la mirada
que con el arrullo de mil sonetos.
Hombre de pocas palabras,
de voz profunda y silente...
de besos furtivos y secretos,
de caricias en el aire que nadie siente.
Hombre de pocas palabras,
de tierra; práctico y firme...
en tus brazos serena
la pasión dormita tranquila...
Un secreto que aguarda
alguna otra noche estrellada,
despertar y volver
a embriagar nuestra razón.