martes, 9 de marzo de 2010

LXIV

Sueño con amarte como siempre te he querido,
y sentirte en mis manos, como siempre inmutable,
susurrarte al oído que mi vida
la he tenido guardada para tí
desde el principio de esta historia,
para recibirte, al fin, al ser mío,
con nuestro amor perdurable.

Sueño con que tomes mi mano en la tuya,
para que me guardes a tu lado
y me protejas todo el día,
saber que estás conmigo
aunque te halles ausente,
sentir tu calor perpetuo
alimentando la luz de nuestro deseo.

Sueño que cuando se acerque
la naciente aurora,
sigamos entretejiendo
esperanzas con hilos de plata,
y caminando uno junto al otro
a orillas del firmamento,
continuemos reconociéndonos en el otro.