martes, 9 de enero de 1996

III

La mañana tranquila
nace con esperanza,
trayendo a la aurora
de nebulosa espuma
caricias leves del sol...

Trae consigo
la sal de la vida,
el aroma dulce
y la brisa fresca,
la intranquila ansiedad
del encuentro,
la espera inquieta
de la ausencia,
el sabor tibio
del calor.