miércoles, 1 de febrero de 2017

LXXXVIII


Se ha escondido el cielo,
el día ha quedado a oscuras,
furiosas caen gotas de lluvia,
y parecen más golpes al alma
que humedad sobre tierra fecunda,
lanzas del cielo que dejan
surcos hondos en mi piel desnuda,
llueve sin pausa afuera;
y dentro mío todo se inunda.

lunes, 30 de enero de 2017

LXXXVII


Otros tiempos lejanos
que fueron mansos,
perecieron al pie
de la hoguera encendida,
entregando sus sueños
envueltos en llamas,
escondidos
detrás de la neblina.

Otros tiempos huyeron
al oír el clamor bramante
del tambor enfurecido,
que ha roto las cadenas
liberando al oprimido,
que avanza entre llamas de furia,
destruyendo a su paso
todo aquello que lo ha oprimido.
Y se elevará de nuevo al alba
de entre las cenizas renacido,
con nuevo fulgor, resplandeciente,
el espíritu guerrero de fuego,
con nuevos sueños compartidos.





LXXXVI


Eterno caminar con rumbos no encontrados,
noches sin fin en vela y dáas oscuros pausados,
estoy aquí; he llegado,
la misma pero distinta,
con polvo de sueños rotos,
avance marcado con el latido
del vivir en otro tiempo acongojado.

 Tiempo perdido de no hallar,
de no tener, de no encontrar,
lágrimas añejas de recuerdos,
de surcos dibujados en la almohada,
vida gastada en nada,
soledad en silencio acompañada.

La misma de siempre pero distinta,
heridas marcadas en el cuerpo,
algunas sanadas, otras siguen doliendo,
siguiendo sin pausa hasta encontrar
el ritmo del tambor perdido en el viento.