lunes, 30 de enero de 2017

LXXXVI


Eterno caminar con rumbos no encontrados,
noches sin fin en vela y dáas oscuros pausados,
estoy aquí; he llegado,
la misma pero distinta,
con polvo de sueños rotos,
avance marcado con el latido
del vivir en otro tiempo acongojado.

 Tiempo perdido de no hallar,
de no tener, de no encontrar,
lágrimas añejas de recuerdos,
de surcos dibujados en la almohada,
vida gastada en nada,
soledad en silencio acompañada.

La misma de siempre pero distinta,
heridas marcadas en el cuerpo,
algunas sanadas, otras siguen doliendo,
siguiendo sin pausa hasta encontrar
el ritmo del tambor perdido en el viento.

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