Dime a dónde fue
esa estrella llena
de sabores y alegría,
aquella misma que tanto temía,
y me negaba
a que alumbrara en mi vida.
Es irónico el destino,
porque ahora que ya no está conmigo
pienso sólo en ella,
y me doy cuenta que su partida
dejó sombras grises
que nacieron tras su despedida.
Dime a dónde fue;
y si en algún lugar está escondida,
yo quizás en mi torpeza
pueda encontrar la manera
de contarle lo que mi corazón le grita;
que nunca vi luz más brillante
y hermosa en mi vida.
Y aunque no regrese más,
decirle que ya encontré
la libertad y la dicha,
y que tristemente;
desde un comienzo
siempre han sido mías.
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