viernes, 14 de junio de 2002

XXXV

Esta es mi despedida...
Me costó guardar el libro
que narraba nuestra vida.
Aún lastima cerrar los ojos
y aceptar sin rencores tu partida.
Todavía no imagino
vivir en paz sin el alimento
de tus besos,
o el calor de tu mirada
que ya no compartirá mis sueños.
Me duele...
me cuesta casi la vida
escribir estas líneas,
pues nunca imaginé siquiera
seguir mi sendero sola
sin tu compañía.
Esta es mi despedida...
y con lágrimas en el alma
y el corazón en la mano
te digo adiós,
y te deseo toda la fortuna y la alegría;
porque te quise desde siempre Durero... mi vida.

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