jueves, 3 de noviembre de 2011

LXXXIV

Debajo de la piel
llevo puesto un vestido 
de polvo de estrellas,
de sueños esquivos,
suspiros guardados,
cubiertos de un cielo
de nubes turquesa.

Debajo de mi piel
llevo guardada
la llave secreta
del cofre de mis días,
que marca el sendero
del camino a donde
irá a parar mi vida.

Debajo de esta piel,
escondo fantasmas
testigos mudos
de mis fantasías,
guardianes celosos
que esperan entregar mi infinito
a quien lo merezca algún día.






1 comentario:

Anónimo dijo...

hermosas palabras... me gusta mucho tu blog