jueves, 6 de enero de 2011

LXXI

Tu ausencia es el silencio que carcome
el instante inmutable del tiempo,
aquí donde tu sombra se confunde con la mía,
quedan todavía los restos de la aurora
que alguna vez iluminó nuestra historia.

En aquel nuestro lugar siguen
nuestros besos escondidos ya sin dueño,
sus sabores ya gastados por el orgullo amargo,
no amanece más el alba para ellos,
todo ha quedado inerte convertido en recuerdo.

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