sábado, 6 de noviembre de 2010

LXVI

Esta noche cálida
todos han vuelto,
de donde han escapado
hace mucho tiempo
a recorrer los senderos.

Algunos vivos todavía,
otros ya medio muertos,
traen consigo sus suelas gastadas,
las miradas en velo,
sucios de polvo y asfalto,
fueron mucho tiempo olvidados
en el vacío del firmamento.

Esta noche han vuelto,
y han traído consigo
las penas añejas
que fueron juntando
en la ladera del río,
me duelen los ojos
al verlos llegar a todos,
son calor, son lágrimas, son infiernos,
son caricias encendidas soltadas al viento,
son suspiros secretos nunca escuchados,
caricias que nadie ha sentido,
besos que nadie ha saboreado,
han vuelto esta noche todos
a sangrarme de nuevo la herida
que se desconoce que existía.
Y en realidad sí lo hacía.

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