miércoles, 22 de julio de 2009

LIX

Ahora que pasó la noche,
encontré que la lluvia lavó el aire,
y en el agua cayendo
encontré las lágrimas
que quedaron al terminar la niebla.
Ya no te lamentes
del tormento que pasó entre nosotros
dejando de recuerdo talvez su herida,
porque regresó también la paz de nuevo
y voy teniendo el corazón completo
con la parte de vida que me dejaste,
y llevo llenas las manos
de lirios blancos arrancados
a un lado del camino.
Fíjate,
aquí estoy con paso firme,
la frente alzada hacia el cielo
mirándote con dulzura hacia el firmamento;
me diste esperanza en tu voz tranquila,
me diste alegría en tus besos,
ya no te lamentes más,
que de a poco voy recuperando el aliento.

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